Estás buscando una buena razón.
No pienses más dónde metes la nariz.
Haz desaparecer tu impronta cariacontecida.
Toma postura y te aplicas
al compás de tus pasos
en el polvo del camino.
Sin posibles enmiendas que anotar,
análisis, circunspecciones…
Si la tenue luz de la farola
de madrugada se cuela
por los entresijos del sueño
y de la persiana,
deja de ir de Pandora
y duérmete de una vez.
Solo mira a los mortales
tropezar en los charcos,
vestirse de emperadores,
sonambulear mientras respiran.
Solo mira a los mortales
y haz lo propio.